¿Por qué al usar las mismas tareas de entrenamiento no conseguimos los mismos resultados que otros equipos?
¿Cuántas veces ha ocurrido que un entrenador se dedica a recopilar las mejores tareas de entrenamiento que encuentra en artículos, en libros o por internet, o se las copia a algún compañero, pero, al llevarlas a la práctica, se da cuenta de que el resultado no tiene nada que ver con lo que había imaginado inicialmente?Creo, sin duda, que todos hemos pasado por estas situaciones y hemos tenido las mismas dudas.
Y esto, que no tendría por qué ser algo negativo, se convierte en un problema cuando no estamos entendiendo que esa tarea, que es adecuada para un equipo concreto, que tiene unos jugadores determinados y un estilo reconocible, no valga para el nuestro porque los contextos son totalmente distintos. Aunque no lo parezca, llegar a esta conclusión marca una gran diferencia ya que, como mínimo, deberíamos intentar adaptarla previamente a nuestro equipo y jugadores para valorar si puede ser realmente válida o no para nosotros.
Quizás los jugadores no están preparados para entenderla y ejecutarla correctamente. Puede que el tamaño de los espacios no sean los más adecuados para los jugadores disponibles. Incluso es posible que el mismo entrenador sea quien no sabe explicarla o aplicarla, o que las normas que haya promovido en la misma condicionen ciertos comportamientos inadecuados o no pretendidos que lo modifican todo.
Pongamos un ejemplo para verlo más claro: Juan, entrenador del Cadete A, y Pedro, entrenador del Cadete B en el mismo club, llevan la misma planificación de entrenamientos. Uno de los días de entrenamiento, una de las tareas es una posesión 4c4 en la que, por cada siete pases seguidos, se suma un punto (olvidemos la idoneidad o no de esta tarea, más allá del ejemplo).
Juan solamente se dedica a contar puntos, a arengar a los jugadores para “meter intensidad” y a decirles continuamente qué hacer. En cambio, Pedro hace pequeños descansos cada 3-4 minutos, para dar ciertas pautas y añadir alguna regla nueva que la adapte al nivel y condiciones de sus jugadores y le sume complejidad si es necesario. Al final de los 20 minutos de tarea, ¿alguien piensa que ambos equipos habrán obtenido los mismos resultados? Es evidente que no.
El motivo queda bastante claro: las tareas, normalmente, no son buenas o malas en sí mismas. Todo dependerá las condiciones en las que se lleven a cabo: contexto, adaptación, capacidad del entrenador, nivel de los jugadores, etc. Por eso, aunque se copien tareas de otros entrenadores o aunque dos entrenadores desarrollen una misma tarea, los resultados siempre serán distintos, por mucho que nos empeñemos. Es más: una misma tarea, con un mismo entrenador, en un mismo equipo y en dos días diferentes mostrará numerosos cambios que harán que no sea igual.
Es por ello que mi recomendación siempre será que intentemos, en la medida de lo posible, crear nuestras propias tareas en base al bagaje que tengamos. Somos quienes mejor conocemos a nuestros equipos y quienes deberíamos saber la mejor forma de trabajar con ellos. Y, en caso de extraer ideas de lastareas de otros entrenadores, es imprescindible que las podamos adaptar a las circunstancias, necesidades y requerimientos de los jugadores de los que dispongamos y de las ideas y conceptos que queramos transmitir.
“A los entrenadores que están empezando siempre les digo lo mismo: no compréis ni un libro de ejercicios, no hagáis los mismos calentamientos de siempre, no organicéis los mismos entrenamientos de siempre solo porque así tenían que ser. Atreveos a diseñar ejercicios, a equivocaros, a romper hojas y volver a rediseñar una y otra vez. Es solo una arista del trabajo de ser entrenador”.
— Zazo (2016). “Por qué cada vez uso menos material en mis entrenamientos”. Revista The Tactical Room, Enero de 2016.
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