El Infantil A vinotinto vivió una pesadilla en Sangonera La Seca.
PRIMERA PARTE
Mal partido del Infantil A del Ciudad en todas sus líneas en un encuentro en el que se hizo patente que ese no iba a ser el día del conjunto vinotinto. A pesar de que fueron los visitantes los que dispusieron de las ocasiones, fueron los locales los pusieron más ganas por llevarse el encuentro.
Trató de crear ocasiones desde el inicio el Ciudad, que salió muy concentrado al encuentro. A pesar de esa intensidad de inicio, y de crear varias ocasiones fruto de su mayor empuje, no fue hasta el min. 9 cuando el Infantil A visitante conseguía adelantarse por mediación de Marouane Harouache, que, tras recibir un pase de Sergio desde la banda derecha, con un gran cabezazo, adelantaba a su equipo en el marcador.
No obstante, poco después, en el min. 12, vieron como los jugadores de la AD Sangonera La Seca conseguían reaccionar rápido y equilibraban rápidamente el encuentro por mediación de Isaac Reverte, quien, aprovechándose de una falta de comunicación entre Raúl y Javier Ibáñez, hacía subir al marcador el gol del empate.
No acusó el gol en contra el Infantil A del Ciudad que, inmediatamente, trató de responder gracias a una oportunidad en las botas de Marcos García, pero el delantero visitante no acertó con el gol. El juego duro local y los escupitajos a alguno de los jugadores visitantes fue caldeando el ambiente. Sufrieron los jugadores vinotinto constates faltas de respeto por parte de los jugadores locales, llegando incluso Sergio Rentero a sufrir una agresión por parte de Enrique David Aullo, que, tras un balón dividido, se fue al suelo levantándose inmediatamente para empujar y agredir al jugador vinotinto. Incomprensiblemente el colegiado del encuentro únicamente le mostró la tarjeta amarilla.
Con polémica, y con los ánimos bastante caldeados, se llegó al descanso con empate a uno en el marcador.
SEGUNDA PARTE
Tras la reanudación los ánimos parecieron no haberse calmado, y, el público local, desde fuera del recinto de juego, comenzó a insultar gravemente a los jugadores y técnicos del Ciudad. A pesar de todo ello, trató de hacer su juego el conjunto vinotinto, pero los jugadores locales cortaban toda ocasión con faltas, alguna de ellas con gran violencia. No estuvo en esos momentos a la altura el colegiado del encuentro, que no fue capaz de poner freno a tan lamentable actitud de los locales.
Para colmo, vio el Ciudad como el AD Sangonera La Seca lograba el 2 a 1 al aprovechar Enrique David Aullo un fallo de uno de los zagueros vinotinto, que le dejó solo ante Raúl sin que el meta visitante pudiera hacer nada por evitar el gol local. Acto seguido, muy velozmente, llegó el Infantil A del Ciudad al área rival. Disparó a puerta Marcos García, que vio como un defensor del AD Sangonera La Seca sacaba el balón con la mano sobre la línea de gol. A pesar de las protestas de los jugadores visitantes y de los miembros del cuerpo técnico vinotinto, el árbitro del encuentro tuvo a bien no decretar el penalti reclamando por ellos.
A renglón seguido, de nuevo Marcos, pudo anotar gol para el Ciudad de tiro de libre directo, pero su disparo dio en el larguero y, a pesar de rebasar el balón la línea de gol, el árbitro no concedió el gol. La indignación en las filas vinotinto iba en esos momentos en aumento. Lo siguieron intentando a pesar de todo ello los jugadores visitantes, y acosaron en esa fase del encuentro la meta local. Tuvo Alejandro Carrión una nueva ocasión, pero, tras deshacerse de varios rivales, su disparo no encontró el gol.
No consiguió el conjunto vinotinto anotar y el partido concluyó con victoria por la mínima para los locales. Se fueron tristes y cabreados los jugadores del Ciudad por lo injusto del resultado, por el juego antideportivo desplegado por sus oponentes y por la actuación arbitral. A destacar que, una vez concluido el encuentro, uno de los padres de los jugadores locales saltó al interior del recinto para intentar agredir físicamente a los miembros del cuerpo técnico del Ciudad, llegando incluso a proferir amenazas de muerte a su entrenador. Este hecho, sin duda, no debería repetirse jamás sobre un terreno de juego. De no haber sido retenido por los jugadores del AD Sangonera La Seca esta acción podría haber tenido graves consecuencias para la integridad de los miembros de la expedición visitante.
